El filósofo francés René Descartes fue el creador de aquella gran frase: “pienso luego existo”. Tantos siglos después de aquella afirmación, seguimos siendo hijos del racionalismo, somos seres atados a nuestra mente y nuestros pensamientos. Nuestro cerebro es una máquina extraordinaria, cuyos secretos aún no han sido desvelados en su totalidad y del que poco a poco vamos descubriendo sus increíbles capacidades. Sin embargo, en ocasiones puede jugarnos en contra. Nuestros pensamientos se vuelven tan densos que no nos dejan dormir por la noche, nos hacen temer situaciones o personajes inexistentes, nos hacen malinterpretar hechos o palabras,… La mente es una caja mágica, cuyos poderes deben ser entendidos y controlados, para que no nos controle ella a nosotros y colocarla a nuestro servicio.
En el nuevo libro publicado por Anael y Elder Lavergne, “Tú Puedes Cambiar el Mundo” se hace un profundo estudio de los pensamientos y su origen. Estos surgen de formas diferentes en nuestro intelecto (por comparación, asociación, sensoriales,…) y esta concepción los define. Anael y Elder nos impulsan a llegar a un grado superior de pensamientos, lejos de la dualidad, la comparación o la desarmonía, para llegar al pensamiento filosófico cósmico. La mayoría de los pensamientos que nos acompañan durante el día son “plantillas, ruido” en palabras de Anael, es decir, una niebla que nos debilita, nos vuelve seres temerosos, prisioneros de sombras que nuestra mente crea a nuestro alrededor.
Para salir de este laberinto de Dédalo, tenemos que emplear un hilo de Ariadna que nos lleve a volver a controlar nuestra mente, colocarla nuevamente a nuestro servicio y no al revés. Para ello, la búsqueda de nuestra verdad interior es fundamental, es la escalera que nos permitirá acceder a un nuevo nivel en la interpretación de lo que nos rodea. Nuestra verdad volverá a permitirnos conectar con nuestra esencia más pura y primigenia y depurar los pensamientos recurrentes y nocivos. La reconexión con nuestra verdad más profunda e interior es un proceso gradual que debemos realizar cada día, que vamos perfeccionando con el tiempo. Sin embargo, para comenzar este camino, podemos hacernos una pregunta que nos llevará a acercarnos a nuestra verdad: los pensamientos que tengo ¿son realmente míos o proceden del exterior que me rodea?
Tomás Nieto, Coordinador de Origen Estelar
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NO TENGO COMENTARIO…está todo dicho!!!! GRACIAS