Cada vez que doy un paso más, tomo conciencia de que no hay separación entre nosotros. Miro la profundidad de tu iris y encuentro en cada esencia parte de la mÃa.
Cada aliento, cada sentir, cada libro que lees, yo lo recuerdo.
Cada experiencia vivida, cada latido, cada despertar, cada despedida es mi adiós el que se va; son mis ojos los que se abren; es el tic-tac de mi cuerpo el que vibra, el que permite la entrada a toda esta oleada de sentidos infinitos.
Y es ahora cuando entiendo que no soy nadie, que soy todos, que no soy individuo, que soy energÃa sin comienzo, sin final.
Soy consciente de esta muerte, de esta despedida responsable y tranquila de un mundo que dejó de existir en mi corazón y que dio entrada a otro tipo de existencia. Una existencia con la conciencia de que en realidad hay un único ser que se divide en múltiples experiencias expresadas en formas, como millones de fragmentos aparentemente distintos, pero que pertenecen a un mismo cuerpo, a una misma alma.
Hoy despido mi conciencia de Yo para dar la bienvenida a la conciencia de Nos.
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