• Type:
  • Genre:
  • Duration:
  • Average Rating:

Estos, no son tiempos de espera, ni de pertenencia. Son tiempos de la acciĂ³n consciente, donde nuestra esencia ha de abrirse camino, sin castigo y sin pedir permiso. Desde que nacemos estamos enlazados a toda la existencia, porque vivimos conectados de una forma u otra a hilos o hebras energĂ©ticas que tejen nuestros enlaces mĂ¡s sagrados y esto es el llamado «entramado del universo». Estamos enlazados a la conciencia de la Humanidad, a nuestra Tierra y Sistema Solar, a nuestro Universo y a todo lo que el humano contempla como vida o existencia.  Pero es gracias a estos enlaces sagrados que permanentemente estamos informados de su frecuencia y de los cambios de cada ritmo de vida existente en nuestro Cosmos; es decir, que constantemente estamos recibiendo y emitiendo informaciĂ³n.

Hay algo que debemos de recordar y es que los vĂ­nculos son esas hebras que nos enlazan con toda la existencia. Los vĂ­nculos no son los enlaces emocionales que la sociedad ha desarrollado debido a un sistema de creencias basado en el sufrimiento. Por ejemplo, el vĂ­nculo hacia los padres, hijos o amigos. ImagĂ­nense por un momento que la mayor parte de la poblaciĂ³n humana ha encarnado en el planeta cientos de veces, por lo tanto ¿con cuĂ¡ntos padres y madres se han relacionado? Estoy segura que algunos habrĂ¡n sido maravillosos y otros no tanto y todo esto es debido a que hay un aprendizaje en comĂºn, como es el de entender quĂ© es el amor.

El amor estĂ¡ implĂ­cito en cada sector, en cada molĂ©cula y en cada ser; los arquetipos son indistintos porque quien hoy es tu amante, mañana serĂ¡ tu hermano y pasado tu madre; quien fue tu abuelo, hoy es tu mejor amiga y mañana puede que sea alguien que vende fruta en la esquina de tu casa. El amor se teje dĂ­a a dĂ­a. Es libertad y expresiĂ³n, es poder Ser quien en verdad somos y compartirlo. A veces compartir instantes, aun cuando es en silencio, acompañando los tiempos de otros y eso, es suficiente para seguir nuestro camino. Porque la pertenencia, el esperar el reconocimiento de los seres que amamos, quizĂ¡s sea lo que ha transformado las hebras energĂ©ticas que nos une en vĂ­nculos emocionales que, finalmente se anudan en el cuerpo y en el alma asfixiando nuestra existencia. La pertenencia ha de quedar atrĂ¡s. Hay que airear los vĂ­nculos, sacarlos afuera, que les acaricie el viento, el sol de la mañana y despuĂ©s colocarlos en su verdadero lugar, coloreando nuestra esencia de nuevo, puesto que los vĂ­nculos no somos nosotros.

Los vĂ­nculos son como puentes entre ellos y tĂº. Y esas personas que forman parte de tu vida son conciencias con un aprendizaje individual, con un propĂ³sito de vida, como tĂº. QuizĂ¡s quieran compartir parte del viaje en esta tierra o quizĂ¡s no y todo estarĂ¡ bien, porque el estar viviendo en el universo implica que toda existencia es perfecta y que hay un plan para todos. Aunque a veces no lo comprendamos en el momento. Otras civilizaciones del cosmos nos observan en calma y esperan que resignifiquemos nuestra encarnaciĂ³n liberando nuestras cĂ©lulas de emociones y memorias obsoletas. Darles el correcto significado a estos conceptos nos permite que transitemos la vida en plena libertad, reconociendo nuestra propia existencia como lo que realmente somos, seres sagrados y perfectos.

En Amor, Anael.

Previous Post

La Paz

Next Post

Umbrales cĂ³smicos

Deja una respuesta

Tu direcciĂ³n de correo electrĂ³nico no serĂ¡ publicada. Los campos obligatorios estĂ¡n marcados con *

Scroll to top