“La repetición crea una ilusoria normalidad y a la vez una falsa seguridad, que después se tornará en comodidad.”

Con estas palabras tan claras, Anael y Elder Lavergne nos explican en su nuevo libro “Tú Puedes Cambiar el Mundo” el resultado de la repetición. El ser humano suele repetir conductas y actos a lo largo de su vida, haciendo los mismos recorridos neuronales, en un intento de alcanzar esa estabilidad que tanto ansiamos. Los horarios, las actividades programadas del día, las agendas, son los barrotes de nuestro día a día, tras los cuales nos resguardamos. El individuo a lo largo del día buscará hacer aquello a lo que está acostumbrado, a aquello que le han enseñado o que repite desde su crianza. Sin embargo, este plan que ideamos en nuestra mente, estos actos repetitivos, colisionan con la realidad de un mundo que está en constante cambio.

Pero, estos comportamientos no surgen siempre de pensamientos propios. Los medios, las redes sociales, nos impulsan a repetir actos, a hacer lo que los demás hacen. Salir con los amigos el sábado, ver películas en la noche, amargarnos los lunes por el retorno al trabajo, renegar los días de lluvia y disfrutar solo los soleados… El sistema se ha caracterizado por crear recorridos mentales para nosotros, generar conductas, actitudes y sentimientos. Por ello, la mejor forma de liberarnos de este control es a través de el ejercicio de nuestra libertad, buscar nuevas actividades diarias, apartarnos de aquello que nos trae desarmonía, aunque todos lo hagan. De esta manera, podremos desengancharnos de los algoritmos sistémicos y acercarnos a lo que realmente queremos, viendo la vida desde nuestra óptica, desde nuestra esencia cósmica.

Como nos dicen las autoras en el libro “Tú Puedes Cambiar el Mundo”: “no caigamos en el autoengaño y la permanencia de lo absurdo. Dejemos de pensar “yo no puedo” o “estoy en el camino, pero falta mucho”. La dualidad material ralentiza el camino.” Por ello, probemos nuevas rutas diarias, nuevas actividades, salgamos de lo cotidiano y lo repetitivo. Las sorpresas suelen aparecer cuando buscamos en lugares nuevos.