• Type:
  • Genre:
  • Duration:
  • Average Rating:

Uno de los mayores anhelos de la humanidad es la tan deseada Paz en el mundo. Pero ¿Qué es realmente la Paz? Se atribuye este “estado de gracia” a la finalización de todo tipo de conflicto, generalmente al de la guerrera. Y si ya no hubiera guerra en el mundo, ¿creen que la Paz se instalaría en cada hogar, en cada familia o grupo? Y si no existieran las agresiones físicas o mentales ¿creen que la paz afloraría en la humanidad?

Se le ha dado la connotación de Paz a la ausencia de uno de los extremos de la dualidad, es decir, a la carencia del lado negativo, o al menos a lo que uno cree que es ese sector ausente de toda luz. Algunos grupos de la sociedad han puesto toda la fuerza humana y sobrehumana para evitar todo tipo de transgresión, otros en cambio se hacen más ricos cada vez que la perturbación o la catástrofe de nuestra civilización se asoma a la faz de la tierra. Ya no es un secreto que la enfermedad o la guerra es un negocio donde están implicados cientos de sectores. Siempre hubo – y aún lo hay – intereses del “poder” en todo ello y durante mucho tiempo esa élite manejó este juego de la tercera dimensión a placer. Una dimensión donde las estructuras sociales están basadas en la dualidad, en el amor y el miedo, en la vida y la muerte, en la sanación y la enfermedad, en la alegría y la tristeza.

¿Cómo puede existir la Paz si se vive en una constante dualidad?  Es imposible, acaso que no hagamos todos un esfuerzo profundo y personal y comencemos a vivir en la cuarta dimensión. La propia palabra PAZ significa que la esencia cósmica primigenia hay que manifestarla primero con uno y luego con el Todo a través del movimiento constante. Y si utilizamos su raíz latina pax, significa que esa esencia cósmica además hay que reflejarla por igual, primero en el eje del yo (individuo) y después en el eje del Tu (mundo externo).

Por lo tanto, la geometría de la cuarta dimensión es aquella donde lo dual se fusiona. Pueden comprobar que, si tomamos los dos extremos de una línea y la unimos, la linealidad desaparecerá transformándose en una circunferencia; esto significa que la dualidad puede llegar a desaparecer si la fusionamos, dando lugar a una nueva estructura.  “Si quieres hacer la paz con tu enemigo tienes que trabajar con él. Entonces se convierte en tu compañero” dijo Nelson Mandela. Pero ¿Cómo unificar estas dos polaridades en nuestra vida cotidiana? Es bien sencillo: viviendo cada hecho cotidiano como una experiencia, sin etiquetarla, sin juzgarla y por sobre todo sin culparla. Debemos de aprender a resignificar nuestras vidas incorporando este nuevo concepto. Es la fórmula que ahora hay que implementar si queremos subir la frecuencia de la humanidad actual y alejarnos de tanto bullicio o ruido que se está generando en este momento planetario.

“Vamos a sentar las bases de nuevas tradiciones de la cultura, cuando el conocimiento se transmita no sólo para obtener información sino también para ennoblecer el corazón, para la clarificación y unificación del espíritu humano.”

Nicolás Roërich, 1930

Practicar la intuición, las nuevas formas de hacer las cosas, será la llave que nos permita contemplar la Paz dentro de cada uno de nosotros. De esta manera, podremos descubrir cómo es nuestra esencia y expiar las culpas, lograremos desatarnos los nudos imaginarios que hemos adoptado y generar así la calma, esa que inunda cada partícula divina y que traspasa cualquier estigma. Si practicamos quienes somos, conseguiremos vislumbrar un nuevo camino, comenzando a vibrar en una sintonía que no está en el afuera sino en el adentro. Sentirte es importante, devolverá a cada célula el oxígeno perdido y a tu vida un nuevo esplendor.

Tal vez sea el momento de mirar la realidad desde un prisma diferente. Está más que demostrado que necesitamos otra ruta, otra fórmula, otra malla con la que sentirnos identificados, porque esta que existe ahora ya no nos sirve. Integrar lo que somos, serlo y amarlo es comenzar a recorrer un sendero que nos llevará a la frecuencia de la Paz o Pax. Poder brindarlo después será solo cuestión de disfrutarlo, pero por ahora el primer paso consiste en focalizar en ti y comenzar a existir. Hallar la manera de conectar con tu amor más profundo y noble y mostrarlo, cada uno, cada individuo, cada hombre y mujer, cada esencia, sin prisa, pero sin pausa.

Previous Post

Un destiempo épico

Next Post

La importancia de cuidar los vínculos

Scroll to top